Platón con el Timeo junto a otros personajes anónimos. Detalle del cuadro La escuela de Atenas, Rafael Sanzio (1510-1512)
Por José Miguel Mantilla S., MS, Ph.D. (c)
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Afirmamos, hace una semana, que la teoría tectónica de Semper contiene una de las descripciones más lúcidas de las leyes internas e inmutables de la arquitectura. También aclaramos que el significado del término tectónica en los escritos de Semper es distinto al que refiere Frampton en sus Estudios sobre cultura tectónica. Para el primero este concepto alude a las reglas armónicas del juego lógico-sintáctico de la delimitación del espacio, análogas a las leyes de la tónica en la armonía musical, mientras que para el segundo sugiere una “poética de la construcción”[1].
Dice Semper en los Prolegómenos al Tomo I de Der Stil:
« El hombre, rodeado de un mundo lleno de maravillas y de fuerzas cuyas leyes solo vislumbra, que quisiera comprender pero que nunca desentraña, pues solo penetran en él como aislados e incoherentes acordes que le mantienen en un permanente estado de tensión insatisfecha, evoca en un juego la perfección que le falta: crea un universo en pequeño, en el que las leyes cósmicas se manifiestan dentro de unos pequeños límites estrictos, pero completas en sí mismas y, en este sentido, perfectas. En este juego, el hombre halla satisfacción a su instinto cosmogónico »
En el tiempo de Gottfried Semper, la cultura arquitectónica se hallaba hundida en la cómoda costumbre de repetir los modelos de la antigüedad bajo las doctrinas del academicismo historicista. Casi olvidadas se hallaban entonces, como lo están hoy, las leyes internas e inmutables de la disciplina. Desde aquel entorno adverso Semper se propuso desarrollar una teoría general de la arquitectura, teoría que finalmente bautizó como Stillehre o teoría del estilo. Para el desarrollo de su ambiciosa teoría, Semper requería desvelar los siempre escabullidos secretos que se habían manifestado a los constructores de la antigüedad, y de otras épocas y lugares beneficiados por los principios del denominado clasicismo. En su búsqueda, el arquitecto germano finalmente halló una exposición fiel de los principios filosóficos del clasicismo en los documentos que atestiguaban las enseñanzas de Pitágoras. Recurrió adicionalmente a los antiguos tratados de la arquitectura y reunió, bajo el concepto de tectónica, al conjunto de leyes esenciales para la configuración de los elementos del juego lógico-sintáctico de la delimitación del espacio.
PRINCIPIOS DEL TIMEO QUE RESURGIRÁN EN LAS TEORÍAS DE LA ARQUITECTURA DE SEMPER
No se conoce ningún escrito original de Pitágoras, pero sus ideas llegaron a oidos de Platón, Aristóteles y otros filósofos que, a su vez, se encargaron de difundirlas en sus propios relatos. Uno de aquellos escritos, el Timeo, sirvió durante siglos, a la formulación teórica de la arquitectura y de las demás artes plásticas y musicales.
El Timeo es un relato probable de la creación del Universo. El inalcanzable cometido es emprendido de la manera más objetiva que conocieron los antiguos griegos; método que, a pesar del paso de los siglos, conserva la estima de los hombres: la geometría. Timeo, el interlocutor principal, es, según este diálogo platónico, un anciano aristócrata natural de Lócride (poblado próximo a Crotona donde el filósofo fundó su escuela en el siglo V a.C.). El relato platónico arguye que, gracias a las enseñanzas pitagóricas, Lócride alcanzó el mejor orden político de Italia y que sus habitantes llegaron a la cumbre de la filosofía.
La influencia del Timeo, en palabras de Rudolf Wittkower, se prolongó durante más de dos mil años. El Timeo nunca dejó de consultarse, aunque fuera en versiones abreviadas. Además, la esencia de dicha tradición se introdujo en los principales libros de texto de la Edad Media y el Renacimiento (Wittkower, 1995, pág. 211).
Para entender cabalmente los postulados de Semper deberemos primero repasar algunos principios relativos a la arquitectura que el sabio Platón dejó escritos en esta magnífica descripción de las enseñanzas pitagóricas:
Primero. « Hay que diferenciar lo que siempre es y no deviene de lo que deviene continuamente pero nunca es » (Platón, 2008, pág. 170). Tipo y tema. Más adelante observaremos que este principio es fundamental para la teoría Der Stil de Semper cuando menciona los coeficientes intrínsecos y los coeficiente extrínsecos que condicionan el devenir artístico de cada época.
Segundo. « En medio de la que siempre es y de la que siempre deviene hay una tercera clase de naturaleza, hecha de las primeras » (Platón, 2008, pág. 178). Este principio, manifestado en varios escritos de Platón y llamado a veces tríada platónica, tuvo una influencia inestimable en la filosofía occidental; influencia que se expresa, por ejemplo, en la noción occidental de la mente, el cuerpo y el espíritu como partes constituyentes del ser humano.
Tercero. « El vínculo más bello entre las tres naturalezas mencionadas es aquel que puede lograr que él mismo y los elementos por él vinculados alcancen el mayor grado posible de unidad. La proporción es la que por naturaleza realiza esto de la manera más perfecta » (Platón, 2008, pág. 175). La expresión sensible de éste vínculo es aquello que llamamos belleza. La belleza se realiza en la proporción. Este ha sido el fundamento permanente de la filosofía del arte y de la estética, o ciencia de lo bello.
Cuarto. « El primer cuerpo y el más bello es la esfera porque es la forma más perfecta y semejante a sí misma. Nada sale ni entra por ningún lado en este cuerpo, de modo que es sujeto y objeto de todas las acciones en sí y por sí »[2] (Platón, 2008, pág. 176 y 177)
Quinto. « Los demás cuerpos, sometidos a flujos y reflujos, poseen los seis movimientos. La revolución de “lo otro” se transmite a los cuerpos según los seis lugares: hacia adelante y hacia atrás, hacia la derecha y hacia la izquierda y hacia arriba y hacia abajo » Pitágoras asigna la forma cúbica a la tierra, el lugar donde los cuerpos se hallan sometidos a los flujos y reflujos de la materia. En los sistemas teoricos de Semper, los elementos requeridos para la delimitación del espacio: el terraplén, el recinto y el techo, tienen un origen lógico, como las formas de la naturaleza, análogo a los seis movimientos de los cuerpos según el Timeo, de allí su carácter universal (Armesto Aira, 2014).
LOS PRINCIPIOS DE LA ARQUITECTURA SEGÚN VITRUVIO
Los enunciados lógicos del Timeo describen los principios detrás de las leyes internas e inmutables del arte en la tradición del clasicismo. En el campo específico de la arquitectura, estas leyes fueron formuladas por Vitruvio en la primera parte del segundo capítulo del Libro I de sus Diez libros de la arquitectura. En aquellas líneas, bajo el título de “Los principios fundamentales de la arquitectura”, Vitruvio indica: « La ARQUITECTURA depende de orden, disposición, euritmia, simetría, ornamento y distribución » (taxis, diathesin, eurythmia, symmetria, decore, oeconomia).
Existen diversas opiniones respecto al significado de estas palabras y su sentido para la arquitectura. Semper, sin embargo, buscó formarse un juicio cierto y responsable, partiendo directamente de las teorías pitagóricas. En la siguiente publicación explicaremos, con la ayuda de los escritos de Semper, el origen y el sentido de aquellas leyes, a partir de los principios lógico-geométricos enunciados en el Timeo.
BIBLIOGRAFÍA
Armesto Aira, A. (2014). Der herd und dessen schutz: Gottfried Semper o la arquitectura como ciencia. En G. Semper, Escritos fundamentales de Gottfried Semper (págs. 7-66).
Frampton, K. (1999). Estudios sobre cultura tectónica. Madrid: Ediciones Akal, S. A.
Platón. (2008). Diálogos VI. Filebo, Timeo y Critias. (M. Á. Durán, & F. Lisi, Trads.) Madrid: Editorial Gredos.
Semper, G. (1990). Atributos de la belleza Formal. (J. M. León, Ed.) Madrid: Editorial Nerea S.A.
Semper, G. (2014). Escritos fundamentales de Gottfried Semper. (A. A. Aira, Ed., & M. G. Roig, Trad.) Barcelona: Fundación Arquia.
Vitruvius, M. (1960). The Ten Books on Architecture. New York: Dover Publications, Inc.
Wittkower, R. (1995). Los fundamentos de la arquitectura en la edad del humanismo. Madrid: Alianza Editorial S.A.
[1] Kenneth Frampton emplea la palabra tectónica con fines muy heterogéneos de manera que, en su ensayo, resulta imposible comprender su significado.
[2] Hace dos años escribí un texto titulado “El manifiesto de la esfera”. Quien lo desee puede revisar este texto en la página 3 del documento en el siguiente enlace: https://issuu.com/peseatodo/docs/pese_a_todo_03_web