Desde la creación del CAE-Visita sus objetivos han sido claros, visibilizar la arquitectura en una experiencia real, vivirla en todos sus sentidos más allá de su presentación mediática en revistas e internet. Pensamos realizar una invitación abierta al público para recorrer los proyectos con la presencia del autor.

Una intención no menos ambiciosa, ha sido la de abrir las puertas de proyectos que por ser privados son difíciles de conocer. En su edición 18 del CAE-Visita pudimos vivir la arquitectura en toda su experiencia cuando conocimos las Cabañas Tumbaco de la oficina de arquitectura Diez + Muller.

Para concebir buena arquitectura se necesita, entre otras cosas, de un buen arquitecto y un buen cliente, ganarse su confianza para romper paradigmas y proponer soluciones nuevas requiere casi del mismo talento que el necesario para proyectar, este es el caso de este conjunto de obras en las que la credibilidad fue ganada a punta de lápiz y de resultados.

La primera es una casa de campo en un terreno de 4 hectáreas en el que existía un huerto de árboles, aquí aparecen ideas claras de una arquitectura contemporánea en fusión con estilos tradicionales de construcción andina, las ideas se imponen y saben dialogar, el éxito en el resultado invita a los clientes a complementar el proyecto con dos cabañas para el uso de familiares.

En la siguiente edificación los arquitectos se sintieron mucho más libres de proponer, conceptualmente se toman dos elementos de la primera casa: piso y techo, y con ellos se construye un elemento ligero que sabe integrarse con el bosque de eucaliptos inmediato. Los perfiles rectangulares metálicos utilizados en la estructura de la casa son la evolución de la estructura de la primera con una distribución rigurosa de puntos perimetrales.

La tercera edificación encuentra en el entorno su completa naturalidad, se respeta cada uno de los árboles del huerto y con líneas claras se construye un volumen sencillo que se impone con su sobriedad. Es un sitio para estar, los árboles del entorno invitan a permanecer, la trasparencia del volumen la integran y hace de los espacios interiores, espacios infinitos.

Gonzalo Diez, Felipe Muller y Álvaro Borrero, generosos, nos contaron su experiencia desde los primeros días de la oficina, el proceso que llevan en los proyectos, la manera en que llevan el trabajo en equipo y el modo en que enfrentan cada encargo que llega a su estudio. Las Cabañas Tumbaco guardan un legado de la arquitectura moderna de Quito y se transformarán con el tiempo en ejemplos importantísimos de la arquitectura de esta época.