El Arq. Mario Cueva cuenta que la construcción del proyecto inició en el 2009, la idea era consolidar el volumen en la parte de atrás del terreno para evitar el ruido de la calle occidental.
Se trata de un proyecto en el que el detalle es trabajado con rigurosidad de tal manera que los acabados permiten apreciar la naturaleza de los materiales. Paredes de bloque visto o de ladrillo revocado, estructura de hormigón trabajada con un minuciosidad, sencillos pasamanos de tubo de hierro que permiten tener una lectura sobria de la arquitectura.
La disposición aterrazada de los departamentos configura espacios confortables en relación a las visuales y la iluminación, permitiendo que las terrazas se transformen en los elementos articuladores del conjunto. La correcta lectura del terreno, el entorno y el cuidadoso manejo de los materiales permiten tener como respuesta una correcta arquitectura.
El diálogo abierto entre el autor y los visitantes se transformó en un intercambio, más allá de datos técnicos y constructivos, en un enriquecimiento de experiencias sobre del oficio.