“El hombre puede trabajar recluido, pero sabéis que cuando tenéis
una idea, si sois verdaderamente buenas personas, no podéis evitar
contársela a alguien. Queréis compartirla inmediatamente, no
queréis esconderla.” Louis Kahn, Conversaciones con estudiantes.

 

Tiempo de lectura: 4 minutos; número de palabras: 560

El estudiante de arquitectura, cuando es serio y comprometido, dedica incontables horas del periodo académico al desarrollo de sus entregas. Al final, es muy probable que el resultado de todo ese afán no sea apreciado más que por un pequeño grupo de sus profesores y compañeros. Todo termina en menos de media hora y sus láminas de presentación, sus maquetas, sus bocetos y dibujos a mano, se desmontan para ir a parar en una esquina de su habitación.

La sección de los miércoles de la bitácora A ERE CU del Colegio de Arquitectos del Ecuador Provincial de Pichincha es una vitrina para la visibilización y el reconocimiento al esfuerzo realizado por los mejores estudiantes de arquitectura del Ecuador.

No es éste el lugar para mostrar los proyectos en toda su extensión sino que se seleccionará una parte ejemplar de los mismos y, en lo posible, se direccionará a los enlaces donde se pueda encontrar la información más completa y detallada.

Solicitamos a los estudiantes que deseen compartir el resultado de su esfuerzo enviar un mensaje a la siguiente dirección:

[email protected]

 

Autor: Andrés Calero

Título: Complejo Religioso en la Mitad del Mundo 0 0′ 0»

Año: 2016

Curso: Taller de Ejercitación ll

Tutor: Diego Oleas

Universidad: Universidad San Francisco de Quito

 

En esta propuesta se trabaja la adaptación de la idea a las circunstancias del sitio, la idea a explorar es de la “peregrinación hacia una purificación espiritual”, por ello el proyecto nace de la consecución espacial para generar una experiencia arquitectónica ordenada y rítmica que llegue a crear un entorno orientado al culto independiente de todo su exterior.

El proyecto también es una evocación del poema de la Divina Comedia de Dante en donde este es traducido, evitando la retórica, en un aspecto esencial al recorrido poético del proyecto inspirado en la estructura métrica de los tercetos encadenados con sus serventesios como remates. La significación simbólica, aprendida del pensamiento de Luis Barragán, llevó a la abstracción de la compañía constante, casi eterna de Virgilio en la obra literaria, que análogamente se relaciona con el muro que marca todo el recorrido.

La peregrinación para una purificación espiritual es reflejada en secuencialidad espacial del proyecto, el misterio que se genera al ir descubriendo espacios es el que provoca la reafirmación de la fé, explorando el comportamiento del sujeto que los contempla en donde un solo muro pétreo, emulando a la compañía de Virgilio, acompañe las reflexiones de quien transita el proyecto.

También se explora la idea de texto arquitectónico de Peter Eisenman en el que el desarrollo de la arquitectura sea una invención intelectual del texto; la lectura y la interpretación del proyecto se las deja a quien lo recorra, es decir el “lector” en este caso, llega a ser protagonista del recorrido.

La consecución espacial que se propone en este proyecto se genera con una sola estrategia, “Expansión/Contracción”, esta permite la concepción de dos tipos de circulaciones, directa e indirecta, hablando del proyecto en general; en donde el remate es el final de esta liturgia espacial.

Por otro lado, la integración del tratamiento global, le brinda sentido a todo el proyecto, la circulación y las interacciones de los espacios tanto interiores como exteriores generan una imagen ordenada y cohesionada del proyecto en donde se mantiene la primacía del muro que define el borde del complejo.

El muro es la principal expresión del proyecto en conjunto con las torres creando esta dualidad de recorrido horizontal y vertical. Este es el generador de espacios y de recorridos. Se trabaja el muro como unificador y contenedor de espacios, generando interacciones entre interiores y exteriores. Si bien el muro ya tiene la condición de rigidez, se explora su flexibilidad; los dobleces y pliegues que se generan ubican al programa y las circulaciones interiores; esto se logra gracias a la ubicación de circulaciones a los costados del muro.

Se proyecta el uso de material vernáculo que con el pasar del tiempo es reclamado por la naturaleza desértica del sitio como reflejo de su ascetismo; la desnudez del material pétreo que conforme una estructura que perdure en el tiempo sin caer en la falsa contemplación. Granito de las canteras de San Antonio de Pichincha. También se jerarquiza el paisaje, específicamente el accidente geográfico de la quebrada, pues es el elemento vinculador visual del proyecto; en donde los volúmenes del edificio, envueltos por muros, se organizan alrededor del patio y así sus usos generales se distribuyen en términos de privacidad, la diferenciación de lo comunal, lo monástico y lo exequial.

“Nuestra sombra nos persigue, pero no es nuestra, le pertenece a la luz, le pertenecemos a la luz.”

 

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