Alrededor de 43 personas salimos rumbo al Mirador, todos muy contentos con muchas ganas de llegar y conocer aquel lago maravilloso que nos esperaba. Al llegar a la comunidad de Macapungo, zona Shalalá, uno de los diseñadores del proyecto el Arquitecto Daniel Moreno empezó explicándonos acerca de este plan, no cuenta como el gobierno realiza una red de equipamiento turístico en toda la zona desde Zumbahua a Chugchilán, realizando una implementación de herramientas turísticas, ubicado a 7km de la carretera.
Maquita Cushunchic fue una de las promotoras que apoyó la realización de este proyecto e invita al Ministerio de Turismo a ser parte de este desarrollo, esto se ejecuta en el 2011 con el Ministro Freddy Ehlers; de esta manera el Ministerio hace una convocatoria para realizar el diseño y hace una contratación directa a los Arquitectos Jorge Andrade, Daniel Mera y Daniel Moreno, el diseño de este proyecto se demoró más o menos tres meses.
“Lo que nos interesa es el respeto con el medio ambiente, uno al llegar a este sitio se olvida de lo urbano y se hace una conexión con la naturaleza y una desconexión con lo urbano” asienta el Arq. Daniel Moreno
Nos cuenta que hay tres intervenciones antes de llegar a la laguna que nos queda a 170 metros de donde estamos. La primera intervención es aquella que nos sirve a los turistas reunirse para conocer las primeras ideas de dicho proyecto antes de comenzar con la caminata, la segunda intervención es un mirador intermedio que está inmerso en la isla verde de bosques de pinos y por último la tercera intervención es la llegada a la laguna, quien es la protagonista máxima del CAE-Visita.
Daniel concluye su exposición expresando que este proyecto es de la comunidad y para la comunidad, de esta manera le da paso a Humberto, dirigente de la comunidad Shalalá desde el 2010.
Humberto muy agradecido con el arquitecto, nos da la bienvenida y nos cuenta como la comunidad esta beneficiada desde que este trabajo salió a flote. “La entrada a este lugar tiene un costo de $2.00, pero no cobramos para nosotros; sino para el mantenimiento del lugar, para las compras del restaurante y la venta de habas, con choclo y queso”, acotó Humberto.
De esta manera nos dividimos en tres grupos y subimos a recorrer las dos instalaciones que nos faltaba por conocer, todas las personas que visitamos el Mirador quedamos muy contentas y agradecidos con la comunidad por este recibimiento.